martes, 6 de diciembre de 2011

Moda, espejo de la sociedad.





Hola a todos, hoy soy Celia y como bien dijo Marta en el último post me he animado a colaborar un día cada semana en el blog. Todavía no sé muy bien sobre que escribiré, espero que me vaya saliendo sobre la marcha, pero será diferente a lo que hacen ellas tres, que ya lo hacen suficientemente bien.
Bueno, pues aquí os dejo mi primera entrada en la que quiero enseñaros mi visión particular de la
moda y la sociedad. Espero que os guste y no os aburra mucho :)



  Normalmente solemos asociar la palabra moda a la forma de vestir. Moda, en términos de ropa, se define como aquellas tendencias y géneros en masa que la gente adopta o deja de usar. Pero realmente la  moda no sólo influye en la manera en que vestimos si no también enla forma en la que nos comportamos.

El análisis de la moda debería ir más allá de los zapatos que debemos ponernos, el "clutch" más apropiado o los "must have" de la temporada. Es un mecanismo que regula las elecciones de las personas, que nos indica que debemos hacer, comprar o utilizar. La moda impone nuestras relaciones, nos identifica.
Y todo ésto me lleva a hacerme una pregunta: ¿la moda nos identifica a nosotros mismo o a un "yo" que nos inventamos para conseguir la aceptación social? Y por lo tanto, ¿para sentirnos aceptados debemos seguir la moda, seguir al resto sin destacar siendo diferentes?
  Supuestamente la adscripción a la moda es voluntaria, pero yo creo que no, que es obligatoria si queremos seguir vivos socialmente. Las personas que no siguen sus mandatos quedan, en cierta forma, excluidos de la sociedad.

El error está en que no concebimos bien el significado de la palabra moda. MODA es crear, innovar, destacar; no puede asociarse con palabras que indiquen aceptación u obligación. La moda no puede ser moda si utilizamos el verbo deber, la moda hoy en día es así porque alguien hizo supuestamente lo que no debía, fue distinto al resto.

  Muchas veces no nos atrevemos a ser diferentes , a llevar puesto algo que no se lleva o a vestirnos con una prenda que nos encanta pero no al resto y lo que es peor, nos olvidamos de que tenemos que vestirnos para gustarnos a nosotros mismos y no a los demás. Y lo mismo ocurre en la vida. A veces nos olvidamos de quienes somos para convertirnos en alguien que agrade a todos los demás.

   Da miedo vivir la vida de una forma diferente a la que la viven los de tu alrededor por el miedo a ser criticado o rechazado, pero desde aquí me gustaría pediros que vivais aquella vida que os haga feliz, independientemente de lo que piense el mundo y que os pongais si os apetece un florero en la cabeza; quién sabe, quizás algún día Armani lo utilice como tocado en las pasarelas...


Celia.

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